martes, 27 de mayo de 2008

Martes 27 de Mayo 5pm

Felipe Noriega - Un instante para tomar aliento
Esta obra nos confronta con una imaginación "imaginada".
Una representación condensada del discursoimprovisatorio solístico.
Felipe Noriega, como compositor, usa su propio imaginario y creatividad y la oculta tras de recursos del jazz contemporáneo:
variación melódica, el cambio sorpresivo de técnicas instrumentales, una tendencia a la cadencialidad pseudotonal, etc...
Esto vuelve necesario que el intérprete genere la tensión a partir de la dramaturgia formal, la exageración gestual, la pausa, la precisión y la seducción de lo espontáneo.


Lorenzo Manuel Medina Acosta - Type wired machine
Una máquina de escribir, un piano preparado y un pequeño set de percusiones se unen en una gestualidad homogénea organizada en bloques constrastados.
Una pieza económica, con rigor técnico, que nos deja una impresión de frescura momentánea.
Uno de sus principales plus es que puede cumplir la difícil tarea de equilibrar un programa.

Isaac Bañuelos Capistrán - Papilio
La obra de Bañuelos se nutre de una sensibilidad inocente, de una gestualidad arraigada en la tradición: trinos, tremolos, arpegios y otras maneras de fluctuación de las que se sirva para generar metáforas de aleteo, de ligereza, de lo etéreo o lo efímero.
La pieza sin embargo no llega a ser naive, la orquestación es preciosista y genera la impresión de ser una fachada.
¿Quién es Isaac Bañuelos, cómo suena, desde dónde escucha? Esta pieza es un buen preludio a nuestra curiosidad.

Alejandro Romero - Entre el sueño y la vigilia
Un mundo sonoro desde una narrativa estructural:
El lirismo inicial establece un punto de partida (lo ajeno es en primera instancia exótico).
La otredad devela su reverso siniestro y su explosión impredecible: La individualidad de la que vestimos al otro es asimilada por una colectividad que tiende al caos, como el zarpullido orgiástico del placer ajeno, siempre monstruoso e incomprensible.
A partir de aquí un desarrollo gestual y armónico imaginativo, expresivo y sintético, que no descuida la importancia de sus referentes estructurales.

Hebert Vázquez - Pedacería fantástica
Hebert ha logrado reunir en su producción reciente las teorías de Adorno (una exploración y derivación del material melódico-armónico-interválico en sí mismo) con el rizoma de Deleuze y un trabajo lúdico e intuitivo posmoderno.
Esta obra fluctúa congruentemente entre géneros, como una broma intelectual, un sin-sentido galán.
Los pliegues se estabilizan o mueren como efímeros brotes en un eclecticismo que alude a la caricatura, ell rock o a la música de cine.
Al mismo tiempo hay una abierta "sensibilidad hacia el público": la pieza se asegura de ser climática, flirtea y apela a un gusto en común.
Encontramos un rizoma democrático y despreocupado, que se valida a sí mismo al compartir y disponer ad libitum de paradigmas diversos.
El riesgo, parece, ha desaparecido como guía del discurso político del creador.
Nos preguntamos ¿sigue siendo la innovación un eje para el arte contemporáneo (me refiero a la innovación resignificada; como objeto comercial, como "alternativo", "underground", o indolencia posmoderna?
¿Podría subsistir la música contemporánea a la destrucción de este paradigma?

Hablando en términos más generales ¿cuál es el rol de la pulsación en el panorama creativo de la música mexicana actual? ¿Se ha establecido como un valor, como un factor definitorio de la mexicaneidad o al menos un tipo de ella? Hay un evidente contagio estilístico entre compositores como Rasgado, Trigos, Zohn, Sánchez-Gutiérrez
¿En una época sin movimientos surge una afiliación acaso inconsciente ya no a "ideologías" estéticas sino a apariencias estilísticas (modas)? ¿Existe alguna posibilidad de lo universal o la música latinoamericana sólo subsiste como localidad?

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