En la presente edición del foro se han interpretado ya 2 obras de este jóven compositor.
Me llama la atención que su obra se vincula con la producción de muchos otros compositores de esa generación, que se han formado principalmente en México: una serie de ideas, conceptos, técnicas y pensamientos musicales inconexos, un conglomerado de información. Leía esta tarde un ensayo de Adorno que habla de cómo Schreker formaba a sus alumnos. Su preocupaciíon principal era hacerlos peritos operadores en las técnicas tradicionales y contemporáneas de notación, de estilo, etc... y nos dice Adorno, arrojaba entonces a estos alumnos novatos al mundo.
La formación de un compositor hasta donde yo he alcanzado a comprender requiere de:
1) Una profundización en la improvisación, la interpretación y exploración instrumental, individual y colectivamente (incluyendo un trabajo de colaboración con intérpretes).
2) La constante búsqueda de información actualizada y crítica sobre el pensamiento musical actual de modo que quede claro cómo se construyen los paradigmas artísticos, cómo se conforma un estilo, se emprende una investigación válida o se proponen alternativas.
3) El uso de la tecnología, software principalmente.
4) El permearse de otras disciplinas científicas o artísticas, filosofía, teoría del arte, etc... mediante la lectura, el diálogo y la participación o colaboración.
La individualidad del compositor no es creada a partir de compararse con el otro y ver quien tiene mejores o (peor aún) más avanzadas ideas, una mejor técnica o un sonido "único", sino que se expresa naturalmente a partir de la diversidad de intereses y experiencias.
Lo mejor de todo esto es que hoy día puede ser accesado con facilidad.
Ahora diré porqué considero que éstas no están presentes en el tipo de obras jóvenes con las que el foro nos confronta:
1. No queda claro que el uso de cualquier técnica responde a una necesidad particular dentro la investigación más amplia de un creador. Por ejemplo: Las subdivisiones complejas en Ferneyhough responden a una necesidad de crear un sistema lógico sonoro congruente que de cabida a la simultaneidad. En la música, a diferencia del lenguaje hablado, tanto lo vertical como lo horizontal pueden ser percibidos como independientes o como unidad (polifonía).
Así que una de las investigaciones de Ferneyhough es cómo reunir las cualidades lógicas en una forma meramente sonora y lograr una percepción paradigmática y sintagmática "exponencial".
Aquí queda claro como las inquietudes multidisciplinarias de un autor logran llevarlo a una particular experimentación, a una nueva escritura y en algunas ocasiones a un sonido propio.
Dicho de otra manera, una obra que suena muy similar puede ser en realidad totalmente diferente. En muchas ocasiones se tiene la percepción de que una innovación tímbrica, armónica, rítmica, textural, de densidad, etc... puede cambiar el paradigma pero considero que eso es invertir el orden. Wagner no es el leitmotiv, sino que este es el mecanismo para su urgencia mítica, que lo lleva a concebir asimismo un arte total, a abordar formas extendidas y a explorar texturas nuevas que sean capaces de expresar la confrontación entre las emociones, las fuerzas de la naturaleza y la voluntad (Schopenhauer).
2. Es notorio un uso despreocupado de técnicas polifónicas tradicionales, motivos melódicos, materiales rítmicos, técnicas instrumentales extendidas, etcétera. No podemos usar nada de esto sin una reflexión. La tradición no es un catálogo del que escogemos para vestir una pieza, porque la mona, aunque se vista de seda. La tradición es un caudal de conceptos móviles que han servido como guía para conectar prácticas y puntos de vista plurales y diversos y formar una esfera semiótica más profunda, capaz de la autocrítica, la paradoja, la contradicción, la resignificación, etc...
3. A causa de lo anterior alcanzo a ver una desconexión total de parte de algunos compositores, con esta esfera que genera un choque total hacia el interior, un agrietamiento petrificante y una incomprensión desde la nada; donde sólo existe la queja, el imperativo del gusto o la indiferencia.
No se puede hacer lo que ya se hizo, lo mismo, porque ese mismo ya no es lo mismo y debe poder decir qué es, debe ser legible si quiere formar parte del campo significante de la "música contemporánea". Así que lo que ya se hizo no es música ni puede serlo, sino es una baba que se adhiere a la música, que aleja al público (sea este el público general, el público culto o los mismos compositores que como todos los años asisten a uno, quizá dos o ningún concierto) y hasta a los mismos creadores (puedo decir que un gran porcentaje de los compositores propositivos actuales no están en el foro).
Y esto no lo digo de ninguna manera como una queja. Ciertamente hay una serie de factores que han impedido esto y las culpas nos las podemos repartir pero mi punto es:
En términos tecnológicos actuales creo que la música contemporánea es un Open Code donde todos pueden escribir si entienden el lenguaje, detectan sus fallas y como mejorarlo, darle un nuevo uso, conectarlo con otros códigos, enseñarlo o ejemplificarlo y también en algunos momentos desecharlo y volver a empezar desde cero (sin borrar nuestra memoria, que es imposible, planteando nuevos puntos de llegada o de partida).
Finalmente esto nos conecta con la reflexión de Alejandro Viñao: ¿Qué vamos a hacer las nuevas generaciones para "redimir" a la música contemporánea?
Lo sabremos cuando primero generemos un campo de investigación, logremos evidenciar que esta investigación es relevante, la misma investigación nos lleve a paradigmas diferentes o reificaciones pertinentes.
Ciertamente la solución no es sacar a la música de concierto de las salas de concierto porque no sabemos si seguirá siendo música, tal vez se convierta solamente en el moño aparatoso de una idea cualquiera que sustenta un sistema ideológico como es la tolerancia, la pluralidad ola oferta democrática a la ciudadanía que el mismo sistema quiere inventar o inventariar.
¿Por qué? simplemente porque tiene consecuencias prácticas y estás inciden en las estéticas.
si yo toco un cuarteto de Lachenmann en la calzada de tlalpan frente a un hotel de paso, Lachenmann va a parecer un performance de tendencias grillistas y el contenido sonoro sólo será una metáfora del ruido circundante, de la sordera pública, del contagio del ruido, de la opresión de la tecnología, etc....
La pregunta sobre los espacios alternativos es quién puede crear la "música" para ese espacio.
Tampoco creo que sea una cuestión de publicidad que sirve para lo que sirve: conseguir recursos económicos. Por que ¿qué hemos de fomentar? Ciertamente podemos caer en el peligro de pensar que los géneros representan la innovación (como decir: la música experimental, el rock alternativo o la escena underground) porque estoy convencido de que en todo ámbito musical hay repetición, falta de reflexión, etc...
No hay comentarios:
Publicar un comentario